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Armengol da vía libre por «interés estratégico» a un macroparque rústico fotovoltaico de 52 hectáreas

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Imagen de los terrenos agrícolas que ocupará el mayor parque de placas solares de Baleares.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

La presidenta socialista del Govern balear, Francina Armengol, da vía libre por «interés estratégico» al macroparque rústico fotovoltaico de Fenix Energy que ocupará 52 hectáreas entre los municipios de Inca y Selva y que ha sido avalado por la dirección general de Industria en manos de Unidas Podemos. A finales del pasado mes de diciembre emitió un informe favorable al mismo.

Para hacernos una idea de la envergadura de su tamaño, su extensión dobla la superficie de suelo urbano del núcleo de Selva (4.300 vecinos) y se aproxima a la mitad del núcleo de Inca (33.000 habitantes). De ahí que el proyecto haya suscitado las críticas de organizaciones ecologistas como el Grupo de Ornitología Balares (GOB), que ha levantado la voz de alarma dado que incidirá negativamente en los usos del suelo para usos agrarios y ganaderos.

«Preocupa la aceleración de estos proyectos por parte de las administraciones y la lentitud de la planificación territorial que debería condicionarla, aunque sin embargo, vía declaración de proyecto industrial estratégico se desatiendan las competencias en materia territorial y agraria», ha denunciado este colectivo cuya opinión ha sido desestimada por el Govern de Armengol.

Y es que tras el alud de parques, mayoritariamente de no más de cuatro hectáreas de extensión, y de la petición realizada por entidades ecologistas  sobre la necesidad de implantar una moratoria, este colectivo expresa su estupor por «la nueva tendencia» en relación a los macro parques fotovoltaicos en suelo rústico, cuya primera repercusión es la expulsión de los agricultores ​​de las tierras que trabajaban, porque los propietarios prefieren alquilarlo para realizar una instalación de energías renovables.

«El problema se agrava y no por una cuestión de afecciones al paisaje, que también, sino, y sobre todo, por un cambio de usos del suelo que afecta a tierras fértiles y expulsión del campesinado por unos usos industriales en suelo rústico, que es lo que representan los grandes parques fotovoltaicos».

En concreto, estas 52 hectáreas de suelo agrario serán ocupadas por paneles y edificios de más de cuatro metros de altura para la subestación, operación y mantenimiento de un parque ubicado frente a la protegida Serra de Tramuntana de Mallorca. 

El proyecto ya cuenta con los informes favorables de los ayuntamientos y el Consell de Mallorca, y ha sido declarado ahora proyecto industrial estratégico por el Consell de Govern, a propuesta del Consell de Industria.

Se inicia así una nueva etapa: grandes parques en terrenos agrícolas pero con propuestas de «compensación» vía siembra e informes de agrocompromiso.

En estos momentos, hay hasta nueve de estos parques fotovoltaicos en camino en Mallorca, y como apunta el GOB en su comunicado, todos han sido tramitados vía declaración de proyecto industrial estratégico, tal y como determinó la Ley 2/2020 de 15 de octubre de medidas urgentes y extraordinarias para el impulso de la actividad económica. Un marco legal que en plena pandemia, estableció la posibilidad de tramitar por vía de proyecto industrial estratégico los parques fotovoltaicos, independientemente, de las competencias en materia de ordenación territorial que tiene el Consell de Mallorca, y hasta sin la declaración de interés general.

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